Se desmorona el tiempo
en sillas amontonadas.
Nada cierto es verdad
ni la verdad acierta,
solo en un paramo irregular.
Trozos de cielo
y serpentinas de fiesta
entre barro y disculpas.
No soy nada
No soy nadie
No tengo luz
ni oscuridad,
ni sonido.
El miedo abre un ojo
entre paredes negras
sudadas y húmedas.
Asoma el viaje
en el horizonte de sucesos
y me atrapa el eco
maltratado
de mi difunto discurso,
alas quemadas
de cera verdadera.
Pim pom fuera,
Cuando vuelva
seré mar.
Y si te encuentro
bailaremos la danza
de los perdedores.
de los viejos
y los muertos.
Espero una terraza
llena de sol
y una cerveza
para compensar todo esto.
Solo. Aturdido.
Simple. Irreal
y un poco distraído
por esa música de fondo
que me arrastra hacia la libertad.
Nos volvemos a encontrar
amigo.