La única idea

Sus ojos
deshacen la bruma
maravilla del son
abierto al mar
sinceros verdes
praderas de sensatez
y estrofas de lítio,

Paredes rectas,
simetría harmónica
que embellece la niebla
y los oscuros vientos...

Serás yo,
con mi contraluz
Seré tú,
con la fuerza bruta
de una tempestad delicada
que acaricia tu bienestar.

Mi sangre correrá 
por tus pequeñas venas
hasta que el tiempo se pare.

Siempre te buscaré
entre relojes 
desiertos de diez soles
y lagos de verdad.

Eres la única idea
mi último resol
la frase, la certeza
el susurro sin voz.

Respiro tu libertad
ese haz de luz penetrante 
que atraviesa el mundo 
y lo parte en dos...

Viviré en un silla
en la frontera de nuestros mundos
para que no estés sola

La gran saltadora
el ser infinito
la tierra redonda
mi niña 
mi ola.

Sideral

Dos esferas
fijan el rumbo
de la emoción pura
y el alívio...

Los sueños 
despiertan 
en latitudes opuestas.

La velocidad de la luz
ciega los oscuros rostros
y la verdad se desintegra.

Los sistemas 
entran en colapso
las dunas corren,
y los perfiles
se desvanecen...

Cataclismos
solubles se disipan
en aguas turbulentas.

Nudos se desnudan
entre soles y
estrellas.

La chispa
enciende la galaxia
y explotan las delicadezas...

Su mirada indica
el primer gran milagro
del pequeño mundo sideral.

Último reducto

Don nadie
camina 
por la penumbra,
y se suceden extraños,
los susurros.

Una muesca 
abierta al dolor
punzante del equívoco.

Minimiza los
golpes con suspiros
y el frío 
con temblor.

Aliento 
que transmuta
en espacios vacíos.

La empatía
se diluye,
mientras la ventisca
desmenuza ocasiones.

Ser palabra
ser verdad
ser honesto
ser el último reducto.

La última oportunidad
de merecer tu piel.

Don nadie se pierde
en su maraña de carencias
esperando que los dioses
le regalen algo.

Pero la ley de la selva
es ley y es implacable.

No hay tregua
no hay perdón
no hay un segundo de paz.

La tierra gira
y la nada nos contempla
esperando su momento.

Sigue corriendo
pequeño.
No hay tiempo que perder.

Entre errores

Despierta los sentidos

apagón tecnológico

Las palabras 

suenan

los oídos ven 

y el olor acaricia las tinieblas.

El desierto

balbucea

la vida se escabulle

entre rocas y esquinas

La ceniza esparce

verdades dolorosas

Cristales rotos y clavículas

desdén y entresijos

Soledades en frio

mañanas elevadas

Brisa dulce y sollozos apagados

casi afónicos…

Levadura y preguntas

entre rumores viejos

Colapso de la luz

en una ventana elevada

de infinito perfil.

Lluvia extraña

y flor de ruborizantes destellos 

Velocidad y

agonia escondida 

de turbulencias bulliciosas

que se describen entre 

errores, 

la esencia de un futuro

que se perdió 

entre galaxias,

piedras y frecuencias.

Ronroneo 

de un bajo oxidado

que golpea sincopado

las paredes

de un viejo local.

Músicos, discos y

tejidos.

Lunas rojas

Lunas rojas
de sangre y amor
de manos precisas
que rondan el sol.

Saben a mar y a sombras...

A vino encarnado y a dolor
pero también a luz nocturna,

mi flor
mi luna.

Tardes de viento y ron

Notas en marcos
de puertas desmontadas

Lineas de bajo
y pelos de punta

Voces y murmullos
trozos de este mundo
que agitan los muebles

Cruces de miradas,
incienso y puntos rojos
de cigarro

Siluetas negras
que bailan 
en fondo azul

Versos y caderas
en tonos altos
y cinturas imposibles

Un disco, 
y suena
el silencio partícipe
de las disculpas

Horas muertas
dias soleados
tardes de viento y ron

Compartiendo
la elegante forma
de los suspiros

Accedo a entender
por fin
el sinsentido

El ritmo agotador de la nada

Atardecer de 8 bits
lloviendo lineas 
de comandos 
de cielo impreso.

Disco solar
gira los planetas
surcados en silencio.

Lineas rojas
forman curvas 
en tu cuerpo.

Tibio contraluz
de ropa tendida
y terrazas.

Mujeres abrazadas
en gorros de baño
y su reflejos,

Vermut, sillas y
rayos asimétricos.

Ventana abierta
mientras se mecen
ecos de suavidad.

Objetos congelados
en una lavandería
donde el tiempo no discurre.

Las esperanzas
cesan el ritmo agotador
de la nada.

Las apariencias 
son legañas 
de lo nunca visto.