Nada más conmovedor
que una caricia fría
de condescendencia
Nada más punzante
que tus silencios
llenos de vacío.
El beso helado
y la cabeza girada
hacia el infinito.
El abrazo sin alma
y sus gotas de perfume
que se pierden
Tus reproches
perdidos en la cama...
Nuestra sábana es una
fría mortaja.
Viejos gritos
fundidos en la pared
Un pequeño laberinto
de detalles e ideas
Un descanso y
un pasado.