martes, 17 de septiembre de 2013

Viejos gritos

Nada más conmovedor
que una caricia fría
de condescendencia

Nada más punzante
que tus silencios
llenos de vacío.

El beso helado
y la cabeza girada
hacia el infinito.

El abrazo sin alma
y sus gotas de perfume
que se pierden

Tus reproches
perdidos en la cama...

Nuestra sábana es una
fría mortaja.

Viejos gritos
fundidos en la pared

Un pequeño laberinto
de detalles e ideas

Un descanso y
un pasado.