La horas se ciernen
en lagos de ansiedad...
La piel brilla entre brisa
y olas de arena.
Tus ojos me miran
y reproducen
los secretos del universo.
La bondad es un infinito sostenido
fundido en un abrazo
que calma para siempre
mis oscuros delirios.
Te deseo más que respirar
te deseo
y todavía no existes.